Esta temporada, ‘Cuéntame’ va a por todas, y nos lo ha vuelto a demostrar una semana más. Si la semana pasada nos quejábamos del bajón que había sufrido esta temporada, esta semana rectificamos, y afirmamos que esta temporada, están poniendo toda la carne en el asador. ¿Desde cuando un capítulo cuya trama se desarrolla enteramente en Sagrillas resultaba tan interesante? Vamos a comentar todo lo ocurrido, eso sí, con spoilers.
La familia Alcántara pone rumbo a Sagrillas, para pasar allí la Semana Santa en compañía de Inés (Irene Visedo) y José Ignacio (Jordi Rebellón), y aprovechar la ocasión para conocerse mejor, antes de la boda de la hija mayor. A pesar de la desconfianza de Mercedes (Ana Duato), Antonio (Imanol Arias) parece dispuesto a crear un fuerte vínculo con su futuro yerno. Sin embargo, lo que se planteaba como la típica Semana Santa tranquila en Sagrillas, se acaba convirtiendo en la semana más complicada de todos.
Carlos (Ricardo Gómez), quien lleva ya dos meses en el pueblo con Luis (Manuel Dios), se enfrenta a un nuevo problema: la desaparición de su amigo y de Nati (Andrea Haro), la sobrina del alcalde.
Cuando en ‘Cuéntame’ se nos plantea que el capítulo entero se va a desarrollar en Sagrillas, nos tememos lo peor: y es que, por regla general, Sagrillas significa aburrimiento. No porque sea un pueblo perdido de la mano de Dios, no. Sino porque las tramas no consiguen desarrollarse de forma natural. Y, sin embargo, con este capítulo, nos han demostrado, una vez más, porque ‘Cuéntame’ tiene 17 temporadas a sus espaldas y sigue en emisión.
La descripción de lo que ha pasado en este capítulo sería trepidante. Han sido 70 minutos intensos, con sus momentos divertidos, que esos no pueden faltar en ‘Cuéntame’ pero, especialmente, hemos vivido una trama muy intensa, muy propia de la época; han sabido transmitirnos esa inquietud, ese miedo, esos sentimientos que, en los años 80, invadían a muchas familias españolas cuando algún miembro de su familia acababa metido en el terrible mundo de la droga.
Y esto nos deja claro que Sagrillas, por más pueblo de cuatro casas y veinte habitantes, con apenas comunicación, tampoco estaba a salvo del peligro de la droga. Luis y Carlos acuden al bar del pueblo una noche, y es allí donde Luis tiene un flechazo con Nati, la sobrina del alcalde. Poco sabe Luis que decidirse a pasar la noche con la chica, le traerá terribles consecuencias. El bar del pueblo es el hervidero de drogas de Sagrillas, y es que quien va ahí, o bien va a buscar la droga, o bien va a venderla.
Así, Luis deja a Carlos con la palabra en la boca, y se va con Nati a lo que el espera que sea una noche divertida, por primera vez en mucho tiempo, y en compañía de una mujer. Sin embargo, todo era una trampa: y es que los amigos de Nati conocían los antecedentes de Luis, y pretendían que les ayudase a llevar toda la droga posible a Sagrillas.
La salida nocturna de Luis deja a Carlos preocupado cuando, a la mañana siguiente, descubre que ha desaparecido. Y, no sólo eso, es también el alcalde quien le advierte de la ausencia de su sobrina, y amenaza con cargar contra Luis si la chica no aparece. Todo esto, acompañado de un ejército de animales, todo chicos del pueblo, con más ignorancia en sus cabezas que otra cosa, quienes deciden que atrincherarse frente a la casa de los Alcántara a reclamar que salga Luis es un acto muy digno. Estas escenas vividas entre los Alcántara y toda la panda de brutos del pueblo no hace más que demostrar como la ignorancia, en ocasiones, es más poderosa que la inteligencia. Lo irónico es que varios de los que le habían ofrecido el trato de la droga a Luis, se encuentran en la marabunta de chicos que, finalmente, cargan contra la casa, cortándoles luz, agua y teléfono.
A todo esto, Carlos ya no está solo, y es que su familia al completo ha llegado: empezando por sus padres, su abuela (María Galiana), sus hermanas, y su nueva familia política, con la peculiar Luchi (Elisabeth Larena), quien tarda menos de dos segundos en echarle el ojo a Carlos. Pero esto, es totalmente entendible, y lo compartimos las mujeres que seguimos la serie: Carlitos ya es Carlitos, es Carlos Alcántara, y se ha convertido en todo un sex symbol de su generación. A pesar de que el carácter de Luchi no es de nuestro agrado, la joven, empeñada en conquistar a Carlos, le acompaña a buscar a Luis, y es entonces cuando encontrarán a Nati, prácticamente muerta (aunque no).
Me gustaría destacar al personaje de Inés en este capítulo. Bien es cierto que la trama eran las drogas vs Carlos y Luis. Pero, recordémoslo, Inés estuvo muy involucrada en la 12ª temporada con la droga, demasiado, y conoce bien cómo pasan las cosas. Inés ha tenido dos momentos cumbre en este capítulo: el primero cuando encuentran el cuerpo de la pobre Nati, y todos aceptan que está muerta, ella reacciona, y consigue que vuelva a respirar; ¿alguien más se había planteado que la niña podría no estar muerta? Inés lo hizo, porque ella sabe lo que puede pasar. Y, otro momento que, para mí, ha sido no sólo emocionante, sino también muy personal, es cuando Carlos encuentra a Luis escondido en la furgoneta de José Ignacio, y lo lleva para casa, y mientras todos le piden explicaciones a Luis, Inés consigue calmarle. Creo que ha sido una escena muy enternecedora, que nos ha mostrado lo más bonito que tiene Inés.
La verdad es que ha sido un capítulo muy intenso. Ya no podemos decir de Sagrillas que sea un lugar aburrido. Pero es que, cuando un virus como lo fue el de la droga, invadía un sitio, no paraba hasta terminar con todos. Aunque, la moraleja de este capítulo, ha ido más allá. Y es que, si quieres, y si tienes a gente que te quiere al lado, todo es posible, incluso salir de ese infierno que era la drogadicción.
¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Ha dejado de ser Sagrillas sinónimo de aburrimiento? ¿Creéis que finalmente Luis conseguirá librarse del fantasma de la droga? ¿Volverá Carlos a Madrid? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!