Tras la apresurada despedida de Toni (Pablo Rivero) los Alcántara comienzan a centrarse en la empresa familiar «Alcántara Fernández e hijos» y a Antonio (Imanol Arias) se le va un poco de las manos el aspecto comercial mientras el resto de la familia sigue con sus problemas personales. Lo comentamos a fondo a continuación.
Hay que volver a reactivar la bodega y Mauro (Pep Ferrer) no lo está poniendo nada fácil y ha empezado a jugar sucio con todos los antiguos clientes por lo que a Antonio se le mete en la cabeza que lo mejor es encontrar más y mejores clientes por medio de la publicidad y entregando botellas de vino a personajes importantes así como camisetas y bolígrafos a todo el que se cruza en su camino. Otra cosa no, pero podemos asegurar que Antonio tiene visión comercial y sabe de qué va el mercado cuando le pone camisetas a los chicos que se recorren en monopatín, ahí estuvo rápido Antoñito, ¿no creéis?
Lo malo de esta visión publicitaria es que nada es gratis y la familia no rebosa de dinero, provocando así la inquietud y enfado de Merche (Ana Duato). Por otro lado, Carlos (Ricardo Gómez) se encuentra con Julia (Claudia Traisac) en Sagrillas y empieza a aceptar que tiene la cabeza hecha un lío con respecto a sus sentimientos tanto por ella como por Karina (Elena Rivera), aunque tras mencionar el nombre de la segunda en un momento del todo inapropiado con la primera queda claro que el chico sigue colado hasta los huesos por Karina. Esperaba que tras el capítulo anterior tanto ella como Josete (Santiago Crespo) pusieran rumbo a pasar unos días en Sagrillas y seguiremos esperando dicho momento, que sería el ideal para retomar la antigua relación de los ahora solo amigos. Además Carlos empieza a tomar las riendas de la bodega en el pueblo mientras sigue ayudando a Luis a recuperarse de sus adicciones porque aunque le sea difícil, como él mismo dice, no puede pasar de nadie. Y es que no es novedad que Carlos es una gran persona pero cuando eso le afecta a lo que quiere realmente todos podríamos entender que tomara un camino un poco más egoísta y luchara por lo que él quiere. Ahora está trabajando en algo que no le entusiasma, cuidando a un amigo que no le reconoce todo lo que hace por él y sufriendo porque está lejos de la chica a la que quiere. Ojalá su suerte cambie en próximos episodios.
Mientras tanto, Inés (Irene Visedo) da un paso más en su relación con José Ignacio (Jordi Rebellón) y se va a vivir con él a su casa que es más bien una mansión o un palacete, algo a lo que la mayor de los Alcántara no está acostumbrada y no considera normal. Es cierto que la familia siempre ha sido de clase obrera pero no podemos olvidar que ella también ha vivido en una casa lujosa con servicio aunque es cierto que nunca se llegó a los niveles de formalidad que en esta ocasión. Y es que si encima de que el hombre no le gusta demasiado tiene que cambiar por completo sus costumbres esta relación no parece tener un buen final a la vista.
En cuanto a la gente del barrio la trama principal gira entorno a la apertura de salas de cine X y al estreno de la película ‘Garganta profunda‘, algo que entusiasma a los hombres pero horroriza a las mujeres, volviendo a centrar la atención así en una lucha de sexos. Aunque en 1984 estaba el auge de la movida madrileña es evidente que la mentalidad de muchos miembros de la sociedad respecto a algunas cosas todavía no había pasado por la misma transición que la política. La simple mención al porno hacía que algunas mujeres se llevaran las manos a la cabeza y pensaran que todos los hombres eran unos indecentes por sentir curiosidad por algo así. Asombra también ver a María (Paula Gallego) llamando machista a su padre, algo que no es ninguna sorpresa para todos los espectadores y que ya era hora de que alguien mencionara. Lo cierto es que si en 2016 aún vivimos en un patriarcado es para reírse que en ‘Cuéntame‘ los hombres hablen de matriarcado porque una mujer le pide a un hombre que le ayude. Desde luego, hemos visto evolucionar la sociedad en ‘Cuéntame cómo pasó‘ pero tanto en la ficción como en la realidad queda mucho por avanzar y tampoco estaría de más que lo sacaran más a colación en una serie de una cadena pública.
En general no podemos decir que el capítulo haya sido aburrido ni mucho menos pero sí que ha carecido de lo que han tenido los cinco primeros de la temporada, que es un componente muy habitual en esta serie como es la emoción. Esta vez no hemos sufrido por nadie, no nos han contado una historia que nos haya hecho llorar o suspirar de amor pero no siempre se puede estar al máximo y este capítulo ha hecho grandes avances en tramas que finalmente supondrán cambios importantes en las vidas de los protagonistas. Por ejemplo, es probable que en el futuro veamos a Merche sentándose con Mauro a charlar, a Carlos confesándole sus sentimientos a Karina, a Inés avanzando o retrocediendo con José Ignacio o al Rey Juan Carlos llamando a Antonio felicitándole por el vino. ¿Quién sabe? Lo que no les pasa a los Alcántara no le pasa a nadie más. ¿Qué os ha parecido a vosotros el episodio? ¿Habéis notado un bajón de calidad con respecto al inicio de temporada? ¿Qué es lo que más os ha gustado? Esperamos vuestros comentarios a continuación.