¿Dónde acaba el amor y cariño moderado por una serie de televisión y empieza la pasión desmedida? Hay series tan importantes para los espectadores que las viven casi como si se tratara de algo personal pero, ¿qué ocurre cuando del afecto se pasa a la crítica destructiva, al odio, a las peleas, a las amenazas? La parte más oscura de los fandoms sale cada vez más a la luz gracias a las redes sociales y puede llegar a ser preocupante.
Que Internet está cambiando la forma en la que consumimos y vivimos las series de televisión no es nada nuevo. Las redes sociales sirven para conocer gente con la que compartir el cariño por una misma serie, una pareja ficticia o un personaje pero ¿y si a esos fans que viven cada capítulo con tanto fervor no le dan lo que quieren? Antes si una serie te decepcionaba lo máximo que podías hacer era esperar a comentarlo con los amigos de clase o trabajo al día siguiente, ahora son miles y miles los fans que abren sus cuentas de twitter para increpar directamente a responsables de la serie, de la cadena e incluso a los actores que son los que menos pintan en este cuadro.Está claro de que aquello de “todo esto no sería posible sin vosotros” mucha gente se lo toma al pie de la letra y se cree con derecho a recriminar a los escritores los giros de guión que no le gustan. Y lo grave en este panorama no es que un chico o una chica escriban en su twitter que no les ha gustado lo que ha pasado, sino que en medio de todo el resentimiento se atrevan a tuitear a los ‘showrunners‘ llegando a amenazarlos y es aquí donde hay que preguntarse dónde está el límite del fandom.
Apoyar una serie que te gusta, comentarla, hacer ‘fan arts‘, crear una comunidad de seguidores con los que teorizar cada semana es la parte agradable pero cuando la afición por algo es compartida tiende a crecer y a convertirnos en fans de lo que queremos que pase y no de lo que los creadores creen que es mejor. Recientemente hemos vivido una guerra en el fandom de ‘The 100’, una lucha tanto entre diferentes sectores del propio fandom como para con el ‘showrunner‘ de la serie y los actores tras ver cómo determinadas tramas se encaminaban en una dirección diferente a la que a algunos les gustaría. La presión era tanta que hasta los guionistas salieron a excursarse, a defender por qué habían escrito lo que habían escrito. ¿Hasta qué punto ha llegado el linchamiento en redes sociales que el creador de la misma siente la necesidad de dar explicaciones?
Convertir una buena serie en una excusa para tanta hostilidad carece de lógica para todos aquellos que disfrutan con las series, ya que disfrutar no significa que todo salga como a ti te parecería mejor, sino que en cuanto a series se refiere también las adversidades de tu personaje favorito o un buen giro de guión, aunque no te lo esperes, te pueden satisfacer. Forma parte de la experiencia seriéfila. Lo cierto es que podríamos poner muchos ejemplos en los que a los fans de las series se les ha ido un poco de las manos (ejemDoctorWhoejem) su, digamos, dedicación llegando al momento en que personas involucradas en la producción se han sentido en peligro y han llegado a borrar sus cuentas en las redes sociales.Las series son productos que alegran la vida de muchos seriéfilos y está bien que se vivan con emoción; no pasa nada por llorar con los personajes de una serie, quedarse un día traumatizado por una muerte escabrosa de más o reír como locos con las bromas de las sitcoms y, por supuesto, es ideal volcar todo ese amor en Internet, que para algunos es como una vida paralela en la que pueden expresarse abiertamente. Lo que no es aceptable es convertir toda esa emoción en algo malo y hay que saber que al otro lado de una pantalla siempre hay alguien que, por muy famoso que sea se puede sentir triste o, lo que es aún peor, asustado de los propios fans de la serie.
¿Qué pensáis vosotros sobre este asunto? ¿Hay algún caso concreto que se os haya venido a la mente leyendo esta columna? ¿Cómo vivís vosotros las «decepciones seriéfilas»?