Ha sido un capítulo extraño de ‘Crazy Ex-Girlfriend’ porque así sin querer, salimos de West Covina para adentrarnos en la psicodelia de un festival calcadito a Burning Man. Aquí experimentamos lo típico: blancos con rastas, tías con ‘bindis’ y algún que otro alucinógeno. ¿Lo mejor? Las amistades que se forjan sobre este colorido y polvoriento escenario.
La semana pasada ya nos encontramos con Valencia (Gabrielle Ruiz) tragando carbohidratos como una humana normal (lo cual Valencia no es, obvi), prueba de su depresión post-ruptura con Josh (Vicente Rodríguez III). Lo que pasó a continuación te sorprenderá. Aunque bueno, ya lo habrás visto. La amistad que surge entre Valencia y Rebecca (Rachel Bloom) es sorprendente a la vez que completamente comprensible. Unidas por una serie de emociones malignas dirigidas hacia Josh Chan, Worst Guy Ever, consiguen reparar los daños del pasado y convertirse en las amigas que deseábamos que fueran desde el principio.
Este capítulo, personalmente, me deja entre satisfecha y destrozada. Por una parte, me parece maravilloso que Becks y Valencia tengan ese momento de ‘bonding’ tan necesario, llevándoles a una catarsis en forma de meada comunal y consecuente discurso feminista sobre el vello púbico. Me quito el sombrero con la espectacular secuencia de ballet que Valencia borda y en la que Rebecca patalea vestida de dinosaurio. Es todo muy satisfactorio y divertido, y da pie para otro tipo de conversaciones más allá de Josh (ups, ¿cuánto dinero os debo ya?), pero hay algo que no encaja del todo bien. Aún tienen que demostrarnos que esta amistad va a sobrevivir más allá de este ‘plateau’ después del éxtasis del festival, pero somos optimistas, ¿no?
Donde de verdad se me rompe el corazón es con la trama de Paula (Donna Lynne Champlin). Hace mucho que no comento la serie, pero voy a dejarlo caer aquí para el futuro: Paula es lo mejor de la serie. Es el personaje más completo, complejo y empático de todo el reparto, y es universalmente querida por alguna razón, ¿no? Sunil (Parvesh Cheena) y ella tienen una amistad que fluye de manera orgánica y que representa de forma tan clara lo que le faltaba a la relación con Becks que te choca como una patada en el estómago.
Por primera vez, Paula siente que sus problemas son igual de importantes que la persona que tiene al lado y que no tiene que dedicarle un tiempo agotador a cosas que no le importan. Sunil es un tipo encantador que obviamente no está bien del todo, mentalmente hablando, ¿pero en esta serie, quién lo está? Es divertidísimo verles colándose en la habitación del bro malhablado de clase para robarle el software para tomar apuntes. Esto no es algo que Rebecca haría, sinceramente. Rebecca mandaría a Paula a robar el programa y cuando lo hiciera ya se habría olvidado para qué lo quería. Algo cambió en la dinámica de la amistad #1 de la serie cuando se creó el contrato que salvaría muchas torturas entre Paula y Becks, un distanciamiento sutil. Ahora lo viven en una distancia prudente, mirándose a lo lejos con ganas pero sin ninguna idea de cómo actuar.
Por otro lado, tenemos a White Josh (David Hull) y Darryl (Pete Gardner), que siguen siendo lo más bonito de cualquier capítulo, esta semana lidiando con que WhiJo tiene un tipo. Lo mejor es que sus tramas siempre se solucionan de la manera más adorable, con un par de caricias y te quieros, y esta semana presentándole WhiJo a la hija de Darryl. A veces necesitamos un poco de amor feliz y breve, sin más Drama.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿No os encanta que ahora Valencia lea a Roxane Gay como si nada? Vivo por esto. Por lo que no vivo mucho es por Brittany Snow siendo atraída por Josh. ¡¡No nos lo creemoooooos!! ¿Creéis que Paulecca volverá a la acción pronto? ¿U os parece sana esta evolución? Comentemos.