Debe ser mayo, porque Star City vuelve a estar en el centro de un ataque. Qué hartos deben estar los ciudadanos de esta ciudad, porque madre mía la paliza que les dan a los pobres. ¡Ni en el Nueva York de Marvel hay tanta movida!

Una vez el equipo se ha reunido para intentar derrocar a Ricardo Díaz (Kirk Acevedo) de su puesto de mafioso mayor. Pero claro, también de nuevo nos hemos enfrentado a los dolores y sufrimientos de todas las semanas, el plan no era tan bueno ni tan fantástico o, simplemente, el villano ha sido mejor. Esto pasa capítulo tras capítulo hasta el final de la temporada, año tras años, y ni los propios actores parecen estar cansados de esta mecánica tan repetitiva.

Diaz es todopoderoso, aún no tenemos claro por qué, puesto que no tiene nada más que falta de vergüenza y principios. Y una vez más consigue colocarse por delante en la carrera de quién controlará la ciudad. También de nuevo vivimos la experiencia de Oliver (Stephen Amell) posicionándose en contra de que Felicity (Emily Bett) sea un miembro más del equipo, al 100%. Pretende que se quede sentadita y calladita… son con estas cosas con las que reaparece ese instinto machista del personaje que nos tienen hartos desde la temporada 0. Y los guionistas pretenden hacernos creer unas semanas que nueva Overwatch es independiente y capaz y en otras prefieren que se convierta en una niña tonta, pero todo sin conexión.

Al final ha sido un capítulo en el que no ha pasado nada más que peleas, tiros, explosiones y amenazas, pero la trama ha seguido un poco con su curso natural, sin sorpresas. Diaz ha matado a dos de los miembros del Cuadrante, convirtiéndolo en un… ¿dúo? Y por supuesto ha dudado de la lealtad de sus trabajadores. Anatoly (David Nykl) está en el centro del escrutinio y no tenemos ni idea de qué ha pasado con Laurel (Katie Cassidy) después de lo de la semana pasada. Pero en el último momento, Oliver decide que debe decir la verdad a la investigadora del FBI sobre su identidad, sin saber si está o no comprada por Diaz… no sabemos bien con qué intención. Tampoco está claro si ella estará dispuesta a ayudar, dado que parecía tener una auténtica venganza contra él.

¿Qué os ha parecido a vosotros lo ocurrido? ¿Habéis visto utilidad en este capítulo o ha sido, una vez más, relleno del malo? ¿Qué os parece la mecánica entre Oliver y Felicity? ¿Confiáis en que Oliver se comporte como un hombre y no se meta en las decisiones que toma su mujer?

¡Nos vemos la próxima semana con el último episodio de la temporada!