‘Arrow’ necesitaba un nuevo horizonte y los responsables de la serie están decididos a otorgárselo. El proceso de reclutamiento de un nuevo equipo por parte de Oliver Queen (Stephen Amell) y Felicity Smoak (Emily Bett Rickards) es el centro del último episodio emitido, que comentamos a continuación.
No sabemos si en este verano ha habido un proceso de revisión de las fortalezas y debilidades de la serie por parte de The CW, pero estamos viendo una intención sincera de replantear algunas de las bases de la serie. El antiguo equipo estaba muy bien, y en realidad ninguno de sus miembros ha desaparecido del todo, pero es hora de encontrar nuevos integrantes que le den algo de vida a una dinámica de justicieros algo caduca. No sin antes otorgar un nuevo ‘status quo’ adecuado al resto de protagonistas.
Porque Thea Queen (Willa Holland) es la jefa de gabinete de la administración Queen al frente de la alcaldía de Star City y Laurel Lance (Katie Cassidy) es ahora el Mufasa al que todos se encomiendan cuando quieren mentar a quien han perdido y lo que significa la valentía, pero había algunos cabos sueltos que atar. John Diggle (David Ramsey) está de vuelta en el Ejército, bien, pero una trama de corrupción para aderezar su posición en la serie no le ha venido mal; mientras que Quentin Lance (Paul Blackthorne) ha quedado un poco en tierra de nadie, por lo que vamos a ponerle en la vicealcaldía que no hace daño a nadie.
Con respecto a los nuevos reclutas, pues frío y calor. La estrella de la jugada es Wild Dog (Rick Gonzalez), por supuesto, que tiene carisma y ese temperamento callejero que tan bien está funcionando en otros personajes como el Ghost Rider de ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’ mientras que Curtis Holt (Echo Kellum) nos valía más como ‘sidekick’ particular de Felicity y de la tercer integrante no nos sabemos ni el nombre. Lo que falta es una sensación de conjunto, de equipo, no esta colección desequilibrada de personajes.
Quien si nos tiene mejores perspectivas es Ragman (Joe Dinicol), ese personaje directamente sacado de las películas de La Momia que al menos resulta más visual y que parece tener una motivación ulterior que le de algo de dinamismo a sus apariciones en pantalla. Algo que precisamente estamos teniendo en este episodio y su precedente, mayor dinamismo. No sabemos si se debe a un aumento de presupuesto o a aplicar técnicas de dirección más efectivas, pero las peleas y los momentos de acción están dando mucho juego.
También puede que se deba a que se alterna entre la seriedad y el humor, dejando el dramita en una zona gris que sobrevuelan solo de vez en cuando, algo muy de agradecer en una serie que ya ha tenido mucho más que su dosis máxima recomendada. No vamos a anunciar que esto es la salvación de una ‘Arrow’ tiempo ha condenada, pero si que es lo más prometedor que hemos visto en tiempo a pensar de que no hay nada tangible todavía. Aún queda saber quien es Prometheus y qué quiere, por lo que seremos cautos.
Pero no va mal.
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