Esta semana tenemos a Oliver Queen (Stephen Amell) por partida doble, ya que entre su propia serie y ‘Legends of Tomorrow’ tenemos viviendo al personaje sus momentos más duros tanto en el presente como en el futuro. En el 2016, Damien Darhk (Neal McDonough) ha optado por el ataque más personal posible y eso traerá resultados inesperados. Al loro.

Hagamos repaso. Darhk está hasta las narices de que Oliver Queen, tanto en su faceta de candidato a la alcaldía como mediante su alter ego Green Arrow, se interponga en todos sus planes. Dejar en silla de ruedas a Felicity Smoak (Emily Bett Rickards) no fue un elemento disuasorio suficiente, así que tocaba redoblar la apuesta e ir a por el hijo del protagonista, del cual tuvo noticia gracias a la intervención del ahora manco Malcolm Merlyn (John Barrowman). Pero el Team Arrow por supuesto tenía un as o dos bajo la manga.

Este as se llama Mari McCabe (Megalyn Echikunwoke), más conocida como la superheroína Vixen. Gracias a un amuleto mágico milenario, esta tiene los poderes totémicos de una plétora de animales. En estos casos siempre hay que combatir el fuego con fuego, o lo que es lo mismo, la magia con magia. A lo que nosotros nos preguntamos por qué narices no se les ocurrió antes. No es que Damien Darhk haya empezado a usar la magia con el secuestro del hijo de Queen, lleva meses haciendo gala de su versatilidad sin que puedan hacer nada para impedirlo, ¿es ahora cuando se acuerdan de que tienen una amiga en Detroit que también gasta de ese tipo de poderes?

El principal problema de cara a los espectadores, es que se supone que ya teníamos que conocerla. Su relación con algunos personajes del Team Arrow ya se nos presenta in media res, porque en un cómic promocional de la serie, que habrá leído el que lo escribió, ya se había narrado su primer encuentro y se supone que hay que estar al loro. Algo que la serie tiene que dar por supuesto, pero como no está muy convencida hace una presentación a mayores del personaje y sus habilidades. Lo que es lo mismo, un sí pero no. Casi lo mismo con el hecho de que John Constantine (Matt Ryan) está en el infierno, nos hubiese gustado verlo en pantalla para que no suene como una excusa para no traer al personaje.

Que por cierto, el tema del hijo de Oliver Queen ya es lo suficientemente chapucero de por si. Si habíamos esperado a ver qué pasaba en ‘Legends of Tomorrow’ para comentar en el de esta semana de ‘Arrow’, era para obtener una perspectiva de qué haría en un futuro como Connor Hawke. Pero resulta que no, que no tiene ese recorrido, que se supone que este último es un hijo aún no-nato de John Diggle, a pesar de que tengan una hija infante ahí a mano sin usar. ¿Por qué liarse la manta a la cabeza introduciendo personajes que luego no vas a utilizar? A veces es como si ‘Arrow’ tuviese Síndrome de Diógenes con el número de personajes en el imaginario de la serie, cualquier momento es bueno para acumular más aunque aún no hayan exprimido los ya establecidos.

Por no hablar de complejo de telenovela. Felicity, aparte de recuperarse milagrosamente de una paraplejia que prometía ser para toda la vida o – como posibilidad remota – de lenta recuperación gracias al dispositivo de Curtis Holt, ha vuelto a distanciarse de Oliver Queen por el enésimo secreto que le guarda en su vida. Ni que fuera una novedad, hija mía. Le ha perdonado todo lo que ha decidido guardarse por voluntad propia antes de y durante su matrimonio, pero aquello a lo que estaba obligado por imperativo de terceros es imperdonable. Todo bien. Entendemos que queda mucha temporada y hay que dar un hilo dramático para que la serie no se quede sin cuerda, pero esto ya suena excesivamente artificial.

No seremos nosotros quien señalemos que, para más inri, el próximo episodio se titula «Broken Hearts».

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