Se ha terminado una de las temporadas más intensas que hemos tenido en el seno de ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’, con la reunión de algunos personajes que por mucho tiempo habían estado separados. Comentamos hoy, tras lo retrasos ocurridos por causas del servidor ajenas a nuestra voluntad, los sucesos de la ‘season finale’ y las implicaciones de esta última de cara a una ya confirmada quinta temporada.
Coulson (Clark Gregg). May (Ming-Na Wen). Daisy (Chloe Bennet). Simmons (Elizabeth Henstridge). Fitz (Iain de Caestecker). Mack (Henry Simmons). Yo-Yo (Natalia Cordova-Buckley). Siete personajes, cinco de los originales y dos remanentes de esas incorporaciones temporales que han sobrevivido todas las cribas que ha tenido la serie, componen el conjunto de por qué nos importa el futuro de la misma. Ellos son S.H.I.E.L.D., ellos son el corazón del show y por volver a verlos reunidos hemos sufrido todo este calvario tras su diáspora.
Fuera de juego queda ya la villana principal, A.I.D.A. (Mallory Jansen). La inteligencia artificial creada por el Dr. Holden Radcliffe (John Hannah) ha demostrado ser el adversario más difícil de vencer de la agencia de inteligencia, sin contar con los recursos de HYDRA ha logrado reducir una ya maltrecha infraestructura e imagen pública a cenizas y ha llegado a lo más profundo de los miembros de su cúpula. Si antes era todo un conjunto de oficiales, soldados y científicos entrenados, ahora ha quedado reducido a ese grupo leal de siete personas.
Todo ello por presentarnos la versión más retorcida y oscura de Pinnochio. La muñeca, cibernética en este caso, que solo quería ser una niña de verdad y ser amada con franqueza. Por el camino recurrió a energías oscuras de dimensiones demoníacas y absorbió todos los poderes inhumanos con los que el equipo de S.H.I.E.L.D. se ha encontrado, si, pero no dejaba de anhelar lo que el resto de personajes ya tenían. Solo hizo falta traer a un ente de esa misma dimensión para que pudiese acabar con ella.
Al final ha merecido la pena pasar por todo el mal trago inicial de la temporada con el Darkhold, puesto que los guionistas han sabido traerlo de vuelta con soltura y una sensación de cierre de tramas inédito hasta el momento. Robbie Reyes (Diego Luna) ha vuelto del infierno y con él su ‘alter ego’ Ghost Rider. Ya sabemos que al espíritu de venganza le gusta hacer tratos y con tal de devolver el libro maldito a su lugar cambiará de anfitrión a Coulson momentáneamente para acabar con la androide convertida en ente demoníaco. Un plan que corría en paralelo a la parte más emotiva de la serie, el intento de Yo-Yo por recuperar a Mack de un Framework en su decadencia final. Por suerte para los espectadores, ambos han sido fructíferos.
¿Con qué nos deja esto? Con la escena final en la que al estilo de La Última Cena de Leonardo da Vinci tenemos reunidos a todos los supervivientes de la ordalía. Minutos antes de ser arrestados por otra fuerza gubernamental hasta el momento desconocida. ¿Nuestras apuestas? Que si bien S.H.I.E.L.D. ha puesto el último clavo en su ataúd, eso no significa que su núcleo más competente tenga que decir adiós a sus actividades de espionaje y seguridad. La amenaza de los androides inspirada en ‘Avengers: Age of Ultron’ y la de los entes demoníacos con origen en ‘Doctor Strange’ ha terminado, pero la llegada del espacio no ha hecho más que empezar.
Con Thanos tomando cartas en el asunto y ‘Avengers: Infinity War’ a la vuelta de la esquina, lo más probable es que haya sido su homóloga y aún más secreta agencia S.W.O.R.D. la que haya decomisado el personal de S.H.I.E.L.D. para incorporarlo como propio. La vigilancia intergaláctica cobrará más importancia que nunca ante las futuras amenazas y sería un desperdicio dejar que se pudriesen en una celda los agentes humanos e inhumanos más capaces que tienen. Aunque su situación actual también parezca una condena.
