El gran arco de episodios que hemos tenido las últimas semanas en ‘Agents of S.H.I.E.L.D.‘ se acaba aquí. La realidad alternativa establecida por A.I.D.A. (Mallory Jansen) ha demostrado ser una prisión totalitaria bastante eficiente, pero que no estaba destinado a durar, tal y como sabían tanto la propia captora como los allí reclusos. Comentamos el episodio a continuación.
Ha sido un bonito viaje. No solo por ser partícipe de una tendencia narrativa a mostrar sociedades dictatoriales absolutistas que establezcan paralelismos con la realidad política norteamericana actual, como pueda ser el caso de ‘The Handmaid’s Tale’, sino porque ha ido a la raíz de dónde todas las series Marvel parten y deberían mirar de vez en cuando para inspiración creativa. Las estructuras clásicas de los cómics. Un arco argumental en el que los villanos han ganado y toca revertir la situación a la vieja usanza, un clásico que nunca muere.
Sobre todo porque se sitúa a los personajes fuera de su zona de confort y, en lugar de desvirtuarlos o convertirlos en distorsiones de su verdadero ser, nos dan más matices de los mismos y construyen más capas de su personalidad otorgándoles así mayor tridimensionalidad. Nos ha pasado con Fitz (Iain De Caestecker), siendo un auténtico villano ante la ausencia de elementos que le afirmen como la buena persona que es, y con Holden Radcliffe (John Hannah), dándose cuenta de sus errores y aprendiendo a rectificarlos llegado el momento para reparar en parte el daño.
Otros como Mack (Henry Simmons) han llegado incluso más allá, incapaces de dejar un mundo ficticio solo por no tener que asumir pérdidas pasadas que aquí no tienen lugar. E incluso las recreaciones virtuales de algunos personajes, como Trip (B.J. Britt) nos han reafirmado su verdadera naturaleza heroica. Puede que, de la misma forma que A.I.D.A. se ha creado un cuerpo orgánico con la ayuda del Darkhold, algo semejante a lo que Ultron (James Spader) quiso hacer en ‘The Avengers: Age of Ultron’, haya una nueva esperanza para el heredero del traje del Patriota.
No queda mucho de cara al final de temporada, solo un episodio entre el presente y la ‘season finale’, pero el escenario que nos queda es muy interesante. A.I.D.A. no solo tiene un soporte orgánico sino que este parece tener ciertas capacidades inhumanas, lo que no será de agrado de sus aliados Watchdogs cuyo líder es a su vez un Señuelo Dotado de Vida por obra de la misma. ¿Puede ser que haya una alianza temporal para acabar con la inteligencia artificial ahora orgánica? No lo tenemos claro.
Lo que si está claro es que ciertos personajes van a tener un complicado reajuste a la realidad. Mack no está, lo que nos hace pensar si será para un rato o si de verdad no le volveremos a ver en la serie. Fitz tiene muy difícil sino imposible el aceptar todas las atrocidades que cometió al mando de HYDRA, independientemente de la influencia que su padre o Madame Hydra pudiesen tener en él. Y Simmons (Elizabeth Henstridge) y el resto del equipo, además de asumir estos hechos, aún tienen por delante la tarea de escapar del submarino y encontrar a su enemiga.
Una tanda final de episodios bastante prometedora.