Desde hace cuatro años junio se ha convertido en el mes de ‘Orange Is The New Black‘, esa serie que fue una de las primeras de la marca Netflix que nos deleitó a los espectadores por su cuidado tono de dramedia. Este año no ha sido menos y nos hemos vuelto a dar un buen maratón que ha acabado en lágrimas, muchas lágrimas, infinidad de lágrimas así que vamos a tratar de recapitular toda esta temporada y os invitamos a uniros a un abrazo grupal.
La temporada arranca en el mismo momento en que dejamos la anterior, con una fuga de presas que no van más allá del lago, gran parte de la plantilla de Litchfield abandonando sus puestos de trabajo, Alex (Laura Prepon) haciendo frente al enviado de Kubra que, efectivamente, le estaba vigilando, Sophia Burset (Laverne Cox) en máxima seguridad junto con Nicky (Natasha Lyonne) y Piper (Taylor Schilling)… Bueno, Piper siendo Piper y creyéndose la reina de la cárcel por su negocio de venta de ropa interior usada. Además, Litchfield pasó a ser una empresa más que una prisión y con la llegada de nuevas presas, gran mayoría latinas, lo que tendrá impacto en el resto de la temporada, llegan también nuevos guardias de seguridad que solían ser militares y pronto van a demostrar lo peor de lo que es capaz el ser humano.
La superpoblación de la cárcel tiene como resultado evidente un aumento de la incomodidad de todas las presas excepto de Judy King (Blair Brown), una ‘celebrity‘ conocida por su programa de cocina a la que enseguida ponen en palmitas para que no pueda dar mala reputación a la prisión en los medios. El problema es que en el resto del recinto tienen que instalar literas y prácticamente dividir la misma comida de antes entre el doble de personas. La rebelión de las empleadas de Piper también crea un efecto dominó por el cual María (Jessica Pimentel) le copia la idea y Piper, casi sin querer, genera una oleada de odio de parte de las chicas blancas más radicales de la prisión en lo que supone una crítica social espectacular y poniendo en perspectiva los alegatos de la parte más conservadora de la sociedad estadounidense, una parodia que acaba dando tanta risa como preocupando.
Piper no es de los personajes más queridos de la serie pero lo cierto es que no es plato de buen gusto para nadie ver cómo las chicas de María le marcan una esvástica a fuego en la piel después de que esta se chivara del negocio que una vez fue suyo y a la nueva trapicheante de la cárcel le añadan tiempo a la condena. En esta temporada, como en las anteriores, han querido destacar a personajes que podrían considerarse más secundarios como Maritza (Diane Guerrero), que ha demostrado ser bastante inteligente aunque lo haya acabado pasando mal por culpa de los prepotentes funcionarios nuevos de los que todas las presas han sido víctimas. Por su parte Pennsatucky (Tarynn Manning) y Boo (Lea DeLaria) han vuelto a ganarse nuestros corazones con esa extraña relación que mantienen y que se vio reforzada después de lo que Coates (James McMenamin) le hizo a la chica, que por cierto, ha acabado con la chica perdonándolo y con él dispuesto a dimitir tras darse cuenta de que se ha convertido en alguien detestable.
Otro de los grandes ‘cliffhangers‘ de la temporada anterior fue qué ocurriría con el enviado de Kubra a la prisión y la respuesta es lo que muchos estábamos esperando y es que la inestable Lolly (Lori Petty) no duda en salvarle la vida a Vause y poco a poco se va involucrando gente en el secreto hasta que finalmente se descubre el pastel y es cuando básicamente se precipita para la recta final de la temporada. Es Red (Kate Mulgrew) tratando de proteger a sus chicas y desafiando a Piscatella (Brad William Henke), el nuevo jefe de los guardias, la que provoca que todas las reclusas dejen de lado sus barreras ideológicas y decidan llevar a cabo la fatídica protesta pacífica que tiene el peor de los finales.
Porque conforme avanza la temporada vemos cómo los diferentes sectores de la cárcel se van haciendo más fuertes y la animadversión entre unos y otros va escalando hasta que todas encuentran un enemigo común al que derrotar. Las chicas, que no pueden seguir viviendo en ese régimen autoritario donde los guardias hacen y deshacen a su antojo, se niegan a comer y Piscatella no tiene otra solución que ordenar a los funcionarios cargar contras las chicas llevando a Bayley (Alan Aisenberg) a asesinar a Poussey (Samira Wiley). Este golpe tan duro no nos lo veíamos venir por ningún lado pero los guionistas decidieron hacernos sufrir lo máximo posible acabando de la peor manera, aunque criticando el caso de Eric Garner asesinado por la policía de Nueva York en 2014. Por si fuera poco el alegato va más allá cuando, en el último capítulo se decide no hacer lo correcto por Poussey y Caputo (Nick Sandou) , entre la espada y la pared, acaba desatando un motín como nunca se ha visto en Litchfield.
Los debates aquí son infinitos porque ciertamente no se nos muestra a Bayley como un asesino despiadado sino que siempre ha sido uno de los más decentes de toda la prisión. El verdadero culpable es, por supuesto, Piscatelli, pero de cualquier manera ambos saldrán indemnes tras haber sido los responsables de la muerte de una chica. Caputo, sin embargo, no tiene cómo salvarse ya que a pesar de que aparentemente siempre ha intentado ser lo más justo posible con las chicas deshonra la memoria de Poussey al proteger al guardia menos peligroso de la cárcel.
En general la temporada no ha resultado ser nada innovadora aunque por el tono que mantiene y el cariño que ya le tenemos a los personajes se hace muy fácil su visionado en maratón. Esta temporada ha ahondado en el tema del racismo en general y en la prisión en particular, en cómo puede llegar a existir odio a lo diferente perteneciendo a cualquier raza o etnia pero también vemos como acaban poniéndose de acuerdo para luchar por los intereses de todas.
También esta temporada hemos visto como una de las chicas, Aleida (Elizabeth Rodríguez) a la que conocemos desde hace cuatro años se enfrenta a la salida de la cárcel y cómo algo con lo que todas sueñan da más miedo del esperado una vez se ve cara a cara con el problema. Y es que Litchfield será un agujero en el que pasan todo tipo de cosas horribles pero se convierte en todo un ecosistema para todas las presas e incluso para los trabajadores y al fin y al cabo dejar esa rutina para volver al mundo real puede resultar tan aterrador como para cualquier persona el hecho de entrar en la cárcel, tanto más si dejas a tu propia hija dentro de prisión. Aunque Dayanara (Dascha Polanco) no haya contado con demasiado protagonismo en esta temporada, tal y como ha acabado podemos suponer que en la siguiente será uno de los personajes principales y tal vez veamos qué pasó con ese Bennet (Matt McGorry) que se fue a por tabaco y jamás volvió. Además, al final de la temporada vemos cómo todas lidian con una muerte tan extraordinariamente brutal e injusta como la de Poussey. Cómo sus amigas exigen acciones, reconocimiento y que su honren los derechos de la fallecida, cómo los demás grupos entran en shock al comprender que le podía haber pasado a cualquiera y, de repente, todas las diferencias de raza o etnia no tienen sentido porque al final todas son víctimas del mismo sistema corrupto, a pesar de que las chicas blancas más racistas demuestren lo absolutamente estúpido que puede llegar a ser el ser humano.
En definitiva, si la temporada anterior no estuvo a la altura de las dos primeras esta cuarta sigue sin elevar el nivel aunque el final suponga un completo shock que nos ha dado donde más duele, dejándonos sin el personaje más querido de la serie por la mayoría. Una gran pirueta final que deja a la audiencia triste e impactada no compensa una temporada de lo más mediocre, con nuevos personajes que no convencen, tramas casi repetidas de temporadas anteriores o temas aburridos. Lo que no se puede negar es que se plantea un inicio de la quinta temporada de lo más interesante que pondrá a prueba, una vez más, a los oficiales de prisión, y que esperemos que no termine en más muertes injustas. ¿A vosotros qué os ha parecido esta temporada de la serie de Netflix? ¿Pensáis que ha bajado la calidad de las primeras temporadas? ¿Cuál ha sido la trama que más os ha gustado? Esperamos todas vuestras impresiones a continuación y os recomendamos tener paciencia hasta que la próximo temporada vea la luz, probablemente dentro de un año.