Cada año, nos seguimos maravillando con las interesantes propuestas que nos plantean estos futuros (no tan lejanos), que gracias a Netflix no han muerto todavía. A continuación, vamos a comentar cada episodio de los seis que conforman esta cuarta temporada de ‘Black Mirror’.
U.S.S. Callister
Quizá el episodio más atípico de esta tanda, y uno de los menos turbios, aunque no por ello menos interesante. De hecho, estamos posiblemente ante uno de los mejores de este compendio. Sirve no solo como homenaje a Star Trek, sino como celebración de la cultura ‘geek’ en todo su esplendor. Lo que en principio parece una comedia (género poco común en esta serie), pronto se torna en algo pelín más siniestro. Cuando el espectador cree que el atacado va a ser la víctima de todo cuanto ocurre, pronto se da un giro inesperado en el que se invierten las tornas de la forma más cruel. La resolución de la trama deja un poso inquietante en el espectador, y es que a veces la línea que separa lo real de lo virtual es tan ínfima que cuesta distinguirlas, tal parece ser la reflexión que nos deja este primer episodio de la temporada.
Arkangel
Dirigido por Jodie Foster, es uno de los episodios ‘menos buenos’ de la tanda, pero uno de los que nos plantea una de las cuestiones más interesantes y más actuales. En Arkangel se nos plantea el sobreproteccionismo que algunos padres imponen sus hijos, llegando a tales extremos que parece que el vástago es un ser frágil y de cristal que se romperá por menos de nada. Ahora imaginad dicho planteamiento sometiéndolo a las reglas de ‘Black Mirror’: ¿qué pasaría si implantáramos un chip rastreador en nuestro hijo/a para vigilar en todo momento qué hace y con quién está? Lo que en un principio parece algo inofensivo pronto trastoca la vida familiar de esta madre e hija, llegando al extremo enfermizo por parte de la progenitora de consultar la aplicación para ver qué realiza su chiquilla a cada momento. Y es que a veces, queridos padres y madres, es mejor no saber qué están haciendo nuestros hijos, démosles algo de libertad y que aprendan de su errores. Nos quedamos con esa enseñanza en este episodio cuya resolución, apresurada y anticlimática, no parece situarse en los estándares de calidad de ‘Black Mirror’.
Crocodile
Bien podríamos estar ante un buen thriller sin más, ya que la presencia tecnológica en este episodio es bastante limitada, únicamente debida a un aparato que permite sumergirse en los recovecos de la mente de un sujeto para que se puedan visionar sus recuerdos ocultos y ayudarle a rememorar determinadas escenas de su vida. Sería muy útil para investigar asesinatos e interrogar testigos, ¿no? Eso parece ser lo que plantea este episodio, que junta dos tramas aparentemente inconexas con un ritmo bastante bueno y que acaba llegando a una resolución predecible pero que nos deja con un ínfimo atisbo de duda: «¿la han pillado, verdad?»
Lo realmente genial de este episodio es el cómo se van acercando las dos tramas, en un principio totalmente paralelas pero que a los pocos van convergiendo hasta llegar a entremezclarse de una forma poco sorprendente, pero muy bien ejecutada.
Hang the DJ
Probablemente, el episodio favorito del público y gran parte de la crítica de esta tanda, y uno de los que más posee el, llamémosle, sello de calidad ‘Black Mirror’.
En ‘Hang the DJ’ se nos plantea un futuro, no tan lejano a este paso, en el que las aplicaciones para encontrar pareja han llegado al siguiente nivel, calculando personalidades, encuentros, gustos y demás para que cada uno encuentre a su media naranja ideal al 100%. El problema es que para alcanzar esa totalidad, dicha aplicación «obliga» a tener citas con numerosas personas para, mediante dichos encuentros, ir midiendo la satisfacción del usuario hasta llegar al ideal buscado. ¿Cuál es el problema? Pues, evidentemente, que el amor es más que una cifra numérica calculada, es un sentimiento que no responde a datos y cifras, tal y como nos demuestran los dos increíbles protagonistas de este episodio.
Y ojito a ese increíble final que nos ha dejado a todos con la boca abierta, ¿o alguien se esperaba que al final fuera eso? Pura magia ‘Black Mirror’.
Metalhead
El episodio más corto de esta tanda (40 minutos, una duración inusual para esta serie), pero probablemente uno de los más intensos y taquicárdicos de todos, teniéndonos en tensión absolutamente TODO el rato. Y es que es meramente eso, una persecución constante que pone en relieve la capacidad de supervivencia del ser humano frente a una máquina de matar sin sentimientos.
Podemos imaginar que se trata de un mundo post-apocalíptico, que los recursos y son limitados y que la humanidad está en peligro de extinción, pero el episodio no nos deja más pistas sobre el contexto, sus protagonistas o qué ha pasado, y la tecnología se reduce a, eso, a la máquina en forma de perro que persigue sin descanso a nuestros personajes. Quizá por ello, pese a ser un episodio que no da respiro, es uno de los que menos hace reflexionar (si es que lo hace) y de los menos sorprendentes de la serie en su totalidad, porque sinceramente, descubrir qué era lo que buscaban no ha hecho mejor el capítulo. Ah, y sí, está en blanco y negro.
Black Museum
Si no fuera porque sabemos que habrá más temporadas de ‘Black Mirror’, casi podríamos decir que este episodio sabe a despedida y, a la vez, homenaje a todos los fans. Es un capítulo, el más largo, cargado de referencias, guiños y huevos de pascua para todos los que hemos vivido esta serie desde sus inicios. Pero más allá de eso, que no es poco, es la prueba fehaciente de que ‘Black Mirror’ también sabe hacer antologías, y es que se nos narran 3 pequeñas historias en un mismo episodio. Historias que no solo resultan buenas individualmente, sino que se terminan hilando de una manera increíble en un plot-twist final que nos ha dejado locos. ¿Alguien lo vio venir? Porque desde luego, estás tan sumergido en lo que está pasando que resulta casi imposible suponer que las 3 historias que nos han ido contando se vayan a superponer en el clímax, dándonos un final de temporada con un sabor de boca muy bueno, y que, como siempre, nos deja con ganas de más.
¡Esto ha sido todo por esta temporada! Muchos esgrimen que el nivel de calidad de la serie ha bajado un poco pero, la verdad, aún con esas seguimos estando ante una serie que supera por bastante a la media de calidad de la televisión actual. Solo en ‘Black Mirror’ podemos encontrar historias de este tipo, que descolocan al espectador, le incomodan y le hacen replantarse el uso de la tecnología. ¿A vosotros os ha gustado la temporada? ¿Cuáles son vuestros episodios favoritos? ¡Contadnos!